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BNDES crea un fondo de $500 mil para energía renovable
05/05/2017 Hace 7 años

Los bonos verdes ingresaron al radar del mercado local de renta fija ante el crecimiento del instrumento en el exterior. CPFL Renováveis será la primera certificada internacionalmente y el BNDES, en asociación con Vinci Partners, prepara un fondo de $500 millones para invertir en proyectos de energía sostenible. La acción de bonos verdes se ha duplicado en los últimos 15 meses y representa más de $200.000 millones.

Aunque no hace diferencia en términos de rendimiento, para el emisor, la oferta para este instrumento de deuda es una oportunidad para diversificar la base de inversores mediante la ampliación de las fuentes de fondos. Es con esto en mente, es que el BNDES decidió crear el fondo.

André Salcedo, del área de mercados de capitales del BNDES, explica que la institución ya estaba invirtiendo en las obligaciones de infraestructura de proyectos energéticos y había visto poca voluntad por parte del inversionista para financiar un proyecto a largo plazo. Dependiendo del inversionista, exento al impuesto para renta de las obligaciones de la infraestructura, ya que este mercado enfrenta limitaciones en el crecimiento debido a las necesidades de los inversionistas. En este caso, las acciones de este segmento accedieron a aproximadamente $6.200 millones.

“Lo que más hemos visto son los proyectos y parques eólicos, que están ligados a pequeñas emisiones y son más difíciles de colocar porque el inversor no quiere tener una parte de una sola emisión, ya que el segmento en sí no es tan bien conocido y tiene más riesgos que otras áreas, como la es la transmisión”, explicó.

De ahí surgió la idea de convertir los papeles de la deuda en bonos ecológicos certificados internacionalmente y crear un fondo para promoverlos. Por un lado, el banco comenzó a buscar un socio para trabajar juntos en el fondo, lo que dio lugar a la elección de Vinci Partners.

Por otro lado, se iniciaron conversaciones con otras empresas para mostrar los beneficios de la certificación de emisiones. La iniciativa se realizará en colaboración con Climate Bonds Initiative, que emite los sellos. “El fondo es simple, el BNDES tendrá una participación de hasta el 50% y el resto será recaudado por los inversionistas institucionales de Vinci, el primer beneficio será acceder a una base de inversionistas más amplia”, comenta Marcello Almeida, socio de Da Vinci.

Con esto, CPFL Renováveis obtuvo la certificación internacional de una emisión de bonos por valor de $200 millones que ya estaba en el mercado. Es el primer título de crédito para obtener el sello internacional.

Hasta entonces, sólo los bonos emitidos por empresas del exterior han podido obtener el sello, como es el caso de BRF y Suzano. Los fondos recaudados por CPFL serán utilizados para construir los proyectos eólicos de Campos dos Ventos y São Benedito en Rio Grande do Norte.

Este título de crédito, sin embargo, no puede ser comprado por el fondo de BNDES porque no es un proyecto de infraestructura, tomándose en cuenta la ley 12.431. Linda Murasawa, superintendente ejecutiva de desarrollo sostenible en Santander, confirma que no hay diferencia de rendimiento en el mercado internacional, pero otro beneficio importante es la agilidad en la colocación de los papeles dado el mayor bolsillo de dinero.

“Los bonos verdes han sido más eficientes con la venta hecha en horas”, dijo. Linda explica que la razón principal es la escasez de proyectos sostenibles. Dado el tamaño de la industria global en rentas fijas, la industria sigue siendo pequeña, pero eso fue lo que atrajo la atención de la tasa de crecimiento.

El mercado global superó los $200.000 millones en el inventario del primer trimestre de este año, como resultado de los $92.000 millones emitidos el año pasado y de los $19.000 millones vendidos sólo en los meses de enero y febrero de este año, según Bank of America Merrill Lynch (BofA).

Desde enero del 2016, ocho países y unos 150 emisores nuevos han entrado en al mercado. China ofreció $30.000 millones en 2016 y asumió la posición de mayor emisor.

El banco estadounidense planea emitir $90 a $30 mil millones en el 2017 y podría alcanzar los 150 dólares en el caso más optimista.

BNP Paribas se prepara para lanzar su primer fondo dedicado a este instrumento en Europa en julio, habiendo ya recaudado 120 millones de euros, pero sin limitarse al límite máximo de recursos. Los inversionistas están buscando un rendimiento, explica Felipe Gordillo, ejecutivo de inversión sostenible del BNP, pero sólo con este instrumento hay un camino de transición hacia la economía baja en carbono.

“En Francia, como resultado de la ley de transición a la energía, los inversores profesionales deben informar cómo las empresas están incorporando esta energía en sus inversiones y cómo apoyan la cuestión del cambio climático. Una manera de probar esto es demostrar que están comprando cuotas de un fondo dedicado”, dice Gordillo del BNP. Hasta ahora, los expertos no ven mucho de impacto por parte del gobierno de Donald Trump en este mercado, ya que la mayoría de estas emisiones no han salido de los Estados Unidos.

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