La ministra de Economía y Empresa, Nadia Calviño, ya había confirmado en el marco de la Cumbre del Clima (COP25), que el Tesoro Público español estaba organizando una emisión de bonos verdes para el año 2020. Asimismo, indicó que la transición ecológica requerirá de unos 236.000 millones de euros en inversiones durante la próxima década, según el Plan de Energía y Clima, y que la mayor parte de esos fondos para inversión se espera que provendrá del sector privado mientras el resto sera aportado por la Administración pública. Estos recursos estarán destinados a desarrollar la infraestructura y garantizar una transición justa.

Durante esta semana el Tesoro Público ha comunicado su estrategia de financiación para el año 2020, planteando como objetivo el de lanzar una primera emisión de bonos verdes que hace parte de un programa a largo plazo. El Tesoro seguirá las mejores prácticas del mercado en el diseño del Marco de Bonos Verdes, apoyado en la experiencia de otros emisores soberanos y en la labor de armonización que se desarrolla a nivel europeo; adquirirá, asimismo, fuertes compromisos de transparencia a la hora de informar sobre la asignación nacional de los fondos y sobre el impacto de las inversiones. Al mismo tiempo, se anticipa que serán bonos a largo plazo, perfectamente asimilables en la curva de referencias del Tesoro, y con un volumen suficiente para dotarlos de las máximas garantías de liquidez.

El secretario general del Tesoro, Carlos San Basilio, durante la rueda de prensa de presentación de la Estrategia y en relación a la emisión de bonos verdes, ha indicado que la intención es que sea un bono a 20 años y que se pueda emitir en la segunda parte del año. El objetivo es que se constituya en una referencia, para lo que el volumen mínimo que debería alcanzarse sería de unos 10.000 millones de euros, aunque aclaró que esta es una meta para los próximos años tras reabrirse el bono en las próximas subastas.

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