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NOVEDADES
2020, perspectivas para unas transiciones bajas en carbono en un año decisivo
01/22/2020 Hace 4 años

Al comenzar la década, 2020 emerge como un año crucial. Algunas preguntas científicas desafiantes sobre el cambio climático para esta nueva década se combinan con problemas claves de gobernanza global que inevitablemente deberán ser abordados en 2020.

La observación científica permite corroborar que la década del 2010 fue la más calurosa que se haya registrado. Las olas de calor, las sequías prolongadas, los incendios devastadores, el aumento del nivel del mar, los fenómenos meteorológicos extremos, el descongelamiento de los glaciares a un ritmo acelerado, la alteración de los medios de subsistencia, reflejan, entre otras cosas, la dramática transformación que se produjo en la biósfera, lo que resulta en la noción de una grave emergencia climática, y, por ende, en la necesidad de abordar el cambio climático como uno de los asuntos claves y más urgentes a escala global.

¿Los graves efectos del cambio climático llevarán a la sostenibilidad a convertirse en la nueva norma en 2020? Estamos presenciando cómo, de diversas maneras, el debate sobre el cambio climático en el ámbito internacional se ha reenfocado progresivamente, pasando de ser principalmente un tema de competencia ambiental y, eventualmente, social a consideraciones más amplias sobre la dinámica particular del crecimiento económico, la estabilidad financiera, nuevos criterios de inversión, la creación de empleo y el comercio y su influencia sobre las políticas orientadas a detener la creciente crisis climática.

La acción climática requiere de una transición de carbono a largo plazo, urgente y radical, e iniciar esfuerzos de descarbonización profunda, al tiempo que se refuerza la resiliencia climática y se moderan las disrupciones creadas por las transiciones que se pongan en marcha.

En este sentido, es cada vez más notable la tendencia en aumento que une a empresas, inversores, instituciones financieras, ciudades y otras partes interesadas que han demostrado su compromiso con un futuro sostenible, incluso en medio de las incertidumbres restantes sobre el proceso de construcción y consolidación del régimen climático global.

Las negociaciones climáticas de la COP26 en Glasgow a fines de este año serán una vez mas cruciales para corregir la ambición insuficiente y el escaso progreso habido desde que se adoptó el Acuerdo de París en 2015, y para lanzar una efectiva transición a cero emisiones netas de carbono.

En este contexto, un análisis anual de BloombergNEF (BNEF) examina 10 tendencias principales para el 2020 que influirían en la evolución de la transición baja en carbono en sectores clave como la energía, el transporte, los commodities y la sostenibilidad, si bien los propios autores recomiendan que estas predicciones sean tomadas con cierta cautela.

Las 10 predicciones de BNEF para 2020 son:
– una vez más, un aumento de la inversión mundial en energías renovables;
– un año récord de instalaciones eólicas en 2020, en particular con aumento de capacidad en offshore;
– nuevamente este año, un crecimiento considerable del mercado solar global;
– expansión de proyectos renovables en conjunto con aumento de la capacidad de almacenamiento, debido a la disminución de los costos de almacenamiento de energía, junto con la ampliación de las energías renovables en los principales mercados, fomentando en consecuencia el desarrollo conjunto;
– aumento de las ventas mundiales de vehículos eléctricos y confirmación de que los vehículos de pasajeros de combustión interna probablemente ya hayan alcanzado su punto máximo;
– suministro excesivo, continuo pero decreciente, de gas natural licuado;
– los grandes productores de petróleo, aun con renuencia, refuerzan gradualmente sus procesos para establecer objetivos de reducción de emisiones;
– aumento significativo en el número de compañías que han establecido objetivos de descarbonización basados en la ciencia, que contribuyan a reducir el riesgo de la transición climática; y
– continuo progreso y expansión de esfuerzos hacia la economía circular.

Claramente, la economía mundial no está completamente encaminada a evitar los desalentadores impactos del cambio climático; sin embargo, algunas de estas tendencias, si se cumplieran, podrían contribuir a despejar el camino para una disminución modesta pero significativa de las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con el sector de la energía, lo que definitivamente podría significar que se alcanzara un pico de las emisiones en esta década.

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